13 abril 2013

A LA VIOLENCIA DE GÉNERO, DECILE BASTA...!



La comuna es pionera en la provincia de Buenos Aires en contar con un área de género y diversidad sexual, abordando de manera integrada y transversal las situaciones de violencia.
El Municipio de Lanús, a través de la Coordinación de Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Secretaría de Políticas Sociales, Cultura y Educación, tiene las 24 horas, los trescientos sesenta y cinco días del año a disposición de los vecinos del distrito, un espacio definido conformado por profesionales de diferentes áreas que brindan todo tipo de asistencia y contención a personas que atraviesan diversas situaciones de violencia.
El Municipio de Lanús, es pionero en la provincia de buenos Aires a instancias de la decisión tomada por el intendente Darío Díaz Pérez, de crear en el año 2008, un área específica dentro de la estructura municipal que dé respuesta a esta grave problemática enquistada en la sociedad toda, dando una muestra clara de asunción por parte del Estado local, de un rol de garante de una mayor inclusión e integración definitiva, instando a una concientización sobre las temáticas de género y diversidad sexual. Cabe destacar que esa área de atención permanente durante todo el año, está conformada por un equipo interdisciplinario de psicólogos, abogados, trabajadores sociales y asesores, capacitados específicamente para asistir a mujeres mayores de 14 años que sufren diversas situaciones de violencia, trabajando además, en forma articulada con la Comisaría de la Mujer de Lanús y otras instituciones que abordan esta difícil problemática.
Ante una situación de violencia, el damnificado podrá acudir a los centros que se detallan a continuación:
*Hospital Evita, Río de Janeiro 1910, Lanús Oeste, lunes a jueves de 8 a 14 y los viernes de 11 a 14 en el consultorio 6 de guardia.
*Hospital Dr. Narciso López, O Higgins 1333, Lanús Este, lunes a viernes de 11.30 a 17 en el consultorio 2 de guardia.
*Hospital Dr. Arturo Melo, Villa de Luján 3050, Escalada Este, lunes de 10 a 16, martes y viernes de 8 a14 en el servicio de adolescencia.
*Unidad Sanitaria “ATAMDOS”, Blanco Encalada 4393, Monte Chingolo, miércoles de 9 a 13.
*Centro de Salud Nº 39 “VILLA ESPERANZA”, Gral. Paz Esq. Ugarte, Escalada Oeste, jueves de 9 a 13.
*Centro de Salud Arturo Illia, Emilio Castro Esq. Balbín, Lanús Oeste, viernes de 11 a 16.
*Centro de Salud Ramón Carrillo, Marco Avellaneda 4860, Villa Caraza, jueves de 9 a 13
*Comisaría de la Mujer, Aguilar 2333, Escalada Este, teléfono 4247-9957
O también se pueden dirigir personalmente a la Coordinación de Políticas de Género y Diversidad Sexual en el Palacio Municipal, Av. Hipólito Yrigoyen 3863 3º piso; telefónicamente llamando al 4229-2519 o vía correo electrónico, escribiendo a: ageneroydiversidadsexual@lanus.gob.ar

La política en serio



Hace unos días corregía a unos amigos oficialistas porque denostaban la actitud de la oposición en cuanto al tema de la inundación en La Plata. Les recordaba que fue el propio Díaz Pérez quien, en su discurso inaugural en el HCD, destacó la ayuda prestada desde esos espacios. Para evidenciarlo existe la nota sobre la ayuda solidaria del PRO, pero hay algo que no trascendió y debería haberlo hecho. Una concejala oficialista, desde el anonimato prudente, envió tres camiones de ayuda solventado con su bolsillo hacia las tierras anegadas. Lo supe por la infidencia de un concejal y creo que es un deber hacerlo público porque ya no nos sobran estos ejemplos cívicos: La concejal es Graciela Lizarraga y merece que reconozcamos su interés y su intención. Sin fotos y sin discursos, como debería ser la política que merecemos y con el corazón comprometido como parte del pueblo solidario que somos. ¡Gracias, Graciela! En nombre de los muchos que recibieron tu ayuda y tu amor.

Muerte de noche y sola bajo el agua negra


Escrito por Silvana Melo   
Viernes, 05 de Abril de 2013 10:08
(APe).- Es que acá se muere la gente de a centenares. Y de a medios centenares. Y nunca es por casualidad. Jamás por azar.

Se mueren incendiadas y ahogadas en un boliche. Se mueren voladas en pedazos por una bomba. Por dos bombas. Se mueren aplastadas por un tren que juntó cuatro vagones en uno y dejó los huesitos y la piel y los sueños devastados. Se mueren inundados, ahogados, arrasados por el alud, aterrados por el agua que sube y que sube y que llega a los hombros y nadie escucha. Nadie.

En La Plata se mueren de a medio centenar –o más, seguro que más- porque llovió lo que nunca. 300 milímetros en una tarde jamás. Pero también por otras mil causas. Mil o en realidad tres o cuatro razones terribles, perversas, demoledoras.

Que a arquitectos, construidores y hacedores de asfaltos y rascacielos les molesten los ríos y los arroyos y los sometan a entubamientos. Y a los ríos y a los arroyos “no les gusta –como dice Rodolfo Livingston- correr dentro de las cañerías”. Añoran sus años de orillas verdes, pájaros y cielo. Entonces asoman, salen, escupen y estallan por cualquier alcantarilla.

Que a la tierra le indigna que la agoten, la maltraten y la servilicen, que le talen los bosques y le llenen los ríos y los aires de veneno y entonces se vuelve desierto en los pies y se pone tropical en la panza, con lluvias arrasadoras en tiempos mínimos. Pero a los construidores y hacedores de asfaltos y rascacielos les encanta elevar torres a las nubes y hacer muchísimo dinero con viviendas hacia arriba para los que pueden comprarlas porque las de abajo ya se inundaban antes y las torres frenarán todavía más el camino de salida del agua que cae a millones de milímetros y el agua enloquece y sube y entra en las casas de la gente hasta el techo y se le lleva la heladera, la historia, los colchones, la vida.

En La Plata la gente se murió de a medio centenar. O más. Tal vez bastante más. Se murió horriblemente, sola, a la noche, cuando el agua subió aceleradísima, sin avisarle a nadie. Y los que pudieron se subieron al techo o se treparon a cualquier altura. Pero no había nadie. Sólo una soledad espantosa. Porque los que pudieron irse se fueron. Y lo que no podían, se murieron. Gritaron desde sus piernas endebles, desde sus sillas, desde el horror de no poder moverse de ese lugarcito que fue el abrigo, la casa de la vida y que ahora se transformaba en la trampa de la muerte. Gritaron y lloraron porque a los 80, a los 90, no puede ser la vida tan injusta como para irse así, tan solos, tan desamparados, con el agua ya a punto del cielorraso. Gritaron como Lucila Ahumada, que a los 82 había sobrevivido a la dictadura más sangrienta, había sobrevivido a no ver nunca más a su hijo ni al cuerpo de su hijo, había sobrevivido a no conocer jamás a su nieto nacido en cautiverio. Pero se la llevó el agua maldita, negra y oleosa que le entró como los monstruos, pateando la puerta, y subió a 1,70 y la dejó solita, muerta y más solita que nunca. Gritaron y los vecinos de los techos los escuchaban pero no podían. Y los teléfonos de emergencia no existían. Ni los bomberos ni la policía ni la gendarmería ni la prefectura ni una lancha ni un bote ni un acorazado de guerra oxidado y semihundido. Nada. Ni la gendarmería ni la prefectura, tan dispuestas siempre al control social, a la caminata conurbana, al espionaje de las organizaciones, al disciplinamiento de los indomables. Ninguno se enteró hasta las 8 de la mañana del otro día, cuando los muertos ya estaban muertos, por medio centenar. O más. Seguramente más.

Entonces apareció Bruera mintiendo con foto falaz que estaba recorriendo centros de evacuados. Y estaba en Brasil.

Entonces fue la Presidenta. Y les dijo que ella ya sabía lo que era inundarse y perderlo todo.

Entonces fue Scioli. Y Alicia Kirchner. Y la gente les fue diciendo, a todos, que se fueran un poco.
Que los dejaran en paz. Y que la reconstrucción sería con ayuda concreta y real y no con presencias fatuas ni imágenes idílicas ni rebotes mediáticos. Que necesitan sus casas y que de la canilla salga agua y que puedan encender la luz y que esté la heladera y la foto de aquella fiesta y el cd de León Gieco y la laptop y los osos amarillos y rojos y que los vecinos no les quieran vender lo que ya no sirve y que a 500 metros no les cobren el agua como si fuera zumo de oro y que puedan secarse las esperanzas colgadas de los muebles en la calle y que no los olviden más y que no los humillen más.

Porque el Estado ya no estuvo cuando había que salvar la vida y los que personalizan el Estado se culpabilizan mutuamente con cinismo electoral y recorren sólo los territorios amigos aunque los muertos sean todos muertos y la mayoría viejos, castigados a palos por la vida, solos de toda soledad, quebrados de terror en el último aliento.

Se muere la gente a centenares acá. Y nadie aprende nada, a pesar de que el país se mueve traccionado a sangre. Pero nadie aprende nada. Porque seguirá lloviendo a mares y a océanos, porque el cielo cambió y la tierra cambió. Pero seguirá muriéndose la gente y quedándose sin casa y sin historia. Con el cielo y la tierra en insurgencia. Y el poder, exclusivo y excluyente, comiendo allá lejos su cena bendita.


Jornada regional de enfermería en atención primaria



El Municipio de Lanús, a través de la secretaría de Salud de la comuna y junto al Consejo de Salud de la Provincia de Buenos Aires (COSAPRO) realizó la Jornada Regional de Enfermería en Atención Primaria denominada “La Enfermería en Políticas de Salud Pública: Abriendo Caminos”, llevándose a cabo la misma en las instalaciones de la sede social del Club Atlético Lanús, ante la presencia de más de cuatrocientos enfermeros y enfermeras de diferentes distritos del conurbano bonaerense.
Durante la jornada se abordaron temas tales como la enfermería y sus diferentes roles en la atención primaria de la salud, la educación para la salud de la comunidad y el ejercicio del pensamiento crítico.
Además, se desarrollaron talleres sobre seguridad y entornos saludables de trabajo en APS, articulación entre el primer y segundo nivel de atención, y enfoque cultural de la enfermería.
En la apertura de la jornada, el intendente de Lanús Darío Díaz Pérez destacó el rol de la enfermería y la ocupación de los municipios en cuestiones de salud. “Considero que estamos dando un pequeño aporte en este entramado grande que es el de la salud. Cuando se pensó en la atención primaria, el primer eslabón fueron las enfermeras, quienes modificaron la relación entre el paciente y el lugar al que iban a buscar atención. Otro cambio tiene que ver con las responsabilidades de los municipios, quienes ahora se ocupan fuertemente de la salud. En el caso de Lanús, además de contar con hospitales provinciales, contamos con nueve Unidades Sanitarias a cargo del municipio, algo que antes era impensado para una ciudad de 500 mil habitantes”.
Consultado sobre la actividad, el secretario de Salud del Municipio, Dr. Daniel Nucher, hizo hincapié en la eliminación del concepto de la hegemonía médica y el surgimiento de la idea de “equipo médico”, que entiende a la salud no solo desde lo físico sino desde lo social, lo humano y la calidad de vida. “Es tiempo que la enfermería acompañe a la dinámica de los cambios trabajando con un pensamiento más abarcativo y que la representación social no lo vea solamente acompañando la cama de los enfermos, sino que lo represente también acompañando el cuidado de la salud”, subrayó
Por su parte, el secretario ejecutivo del COSAPRO, Dr. Jorge Collia, diferenció el actual concepto de salud comunitaria con el modelo anterior, en donde quienes se encargaban de cuidar a los enfermos, sólo hacían hincapié en la enfermedad. “Hoy el enfermero está preparado para atacar la enfermedad, proteger la salud y prevenir. Sabemos que en la actualidad la salud no debe ser atendida solamente por médicos, es importante la tarea de asistentes sociales, psicólogos, odontólogos y enfermeros”, puntualizó.
Participaron de la jornada además, el presidente del Concejo Deliberante local, Héctor Bonfiglio; el director provincial de Capacitación para la Salud, Héctor Calla; el director de la Región Sanitaria VI, Dr. Vicente Ierace; el presidente de la Comisión de Enfermería de COSAPRO, Dr. Alfredo Fernández; el presidente de la Federación Argentina de Enfermería, José Jeréz, junto a la Lic. Mónica Abarrios; integrantes de diversas escuelas de enfermería, equipos de salud, como así también, los directivos de los hospitales Oñativia (Rafael Calzada), Lucio Meléndez (Adrogué), Evita, Arturo Melo y Narciso López (Lanús), y del Hospital Subzonal de Reabilitación Jorge (Adrogué), entre otros. 




Castración y vacunación de mascotas



El Municipio de Lanús dio inicio a una nueva campaña de vacunación antirrábica y de castración de mascotas, para ello diagramó operativos en diferentes barrios del distrito a donde se trasladará un conjunto de profesionales con el quirófano móvil equipado para la ocasión. En esta oportunidad, durante toda la semana pasada y durante las próximas dos, dicho operativo se realizará en el Parque Municipal Eva Perón, Domingo Purita y Córdoba en el Este del distrito, de martes a viernes en el horario de 8.30 a 12.00 horas.
Al respecto el titular de la secretaría de Salud, Dr. Daniel Nucher señaló: “La Dirección Municipal de Zoonosis llevará a cabo en el transcurso del año una descentralización de las tareas. Así, una vez por mes los profesionales veterinarios se trasladaran a distintos puntos de la comuna para aplicar la vacuna antirrábica y realizar castraciones a todos los animalitos que acerquen los vecinos al castramovil en forma totalmente gratuita”.
Cabe señalar que la vacunación y castración de los animales debe tomarse con responsabilidad. En el caso de la vacunación antirrábica, la misma permite evitar riesgos en la salud de la persona que es mordida y la tranquilidad para los dueños de que el animal no se contagie de otro animal infectado con el virus. Con respecto a los beneficios de la castración, en las hembras disminuye el riesgo de contraer tumores en las mamas; evita el embarazo psicológico; infecciones uterinas y partos difíciles. En los machos, este procedimiento quirúrgico evita extravíos, accidentes y lesiones en la etapa de celo, disminuye la agresividad y el riesgo de tumores de próstata.
Además, la castración no incide en el temperamento o en el instinto del canino, por lo cual sigue protegiendo su territorio (es decir continúa siendo guardián). Otra de las dudas frecuentes es si las mascotas engordan luego de ser castradas. Si bien es cierto que al estar castrado el animal tiene más tendencia a la obesidad, si el propietario lo alimenta en forma adecuada, no tiene por qué aumentar de peso ni ser obeso.
Para mayor información del lugar de los operativos y/o reservas de turno, los vecinos podrán dirigirse a la Dirección de Zoonosis, Madariaga 635, Lanús Este o telefónicamente llamando al 4225-6180 de lunes a viernes de 8 a12.30 horas.